La violencia en el país se está desbordando, el número de homicidios dolosos sigue en aumento, convirtiendo este sexenio en el más violento de todos. La estrategia de «abrazos, no balazos» y la de «los voy a acusar con sus mamas» no está funcionando y no lo quieren reconocer. La población está sufriendo la violencia y al gobierno federal no le importa más que quedar bien con la delincuencia.